Seguro que más de una vez has recibido un «Es que yo soy así» como respuesta para justificar algún comportamiento. Siempre tan conveniente y usada como si del comodín del público o de la llamada se tratase, vamos, una carta blanca que quien la usa cree que vale para soltar o hacer lo que le plazca sin tener consecuencias y sin que quien la recibe pueda tener derecho a réplica.
Una mala contestación, una crítica dañina y destructiva, mofas constantes, faltas de respeto… ¿Que no tiene otro argumento o es incapaz de disculparse de forma sincera? No falla, si le dices que se ha pasado tres pueblos la respuesta siempre será «Es que yo soy así».
¿Y qué hacer ante esta situación? Aunque no te lo creas, yo era de las que se quedaba callada, me mordía la lengua y trataba de dejarlo pasar y al final, incluso por inercia, me acababa distanciando de gente así. Hasta que un día llegó la gota que colmó el vaso y respondí con «Pues si tú eres así, yo soy asá», y en lugar de callarme dije todo lo que buenamente me pareció. Y el resto te lo puedes imaginar.
Obviamente cuando respondes de esta manera nunca faltan las caras de sorpresa y descoloque ni tampoco el manido «Qué borde eres, ¿no?» o «Es que no se te puede decir nada». Sin cortarse un pelo, colega.
Porque si algo tienen en común todas esas personas que te sueltan el «Es que yo soy así», es el tener la piel muy fina cuando les contestas, ya sea en su misma línea o de forma educada y bien argumentada; esto último suele joder más, porque a la mayoría no les da la neurona y como recurso solo les queda alzar la voz o insultar y claro, se ponen en evidencia solitos. A veces he llegado a creer que este tipo de gente define este rasgo de su personalidad como si de una enfermedad incurable se tratase.
Los del «Es que yo soy así» están al mismo nivel y son igual de insufribles que quienes siempre están con la excusita de «Yo soy muy sensible», como si por eso los demás tengamos la obligación de plegarnos a sus impertinencias, porque como no somos tan sensibles según su criterio esto signifique que somos rocas o témpanos de hielo que tengan que aguantar todo. La cuestión es que esta gente nunca va a asumir su parte de culpa y responsabilidad en cómo la tratan los demás, porque lo de ir de víctimas se les da genial y hacen de la pasivo agresividad su sello personal.
Y si tienes cerca a alguien así, huye sin mirar atrás, porque cuanto más lejos, mejor.
Pero da igual lo que quieras decir para justificar tu forma de ser y tratar a los demás, si tu excusa para todo es «Es que yo soy así», pues seguramente te encuentres de vuelta con algo que no te guste o con un «Pues si tú eres así, yo soy asá» y te lo vas a tener que comer con papas y a palo seco, amigui.
