Verdades incómodas, pero necesarias

En un episodio de ‘Sexo en Nueva York’, Jack Berger le dice a Miranda que no tiene que darle vueltas a que un hombre no la llame, que si no lo ha hecho es porque no está interesado, ya está. Las demás le reprochan esa actitud aunque Miranda acaba agradeciéndole la sinceridad. 

No sé si la escena se desarrollaba tal cual, pero sí dejaba claro varios mensajes: uno, que en la mayoría de ocasiones la respuesta a nuestras preguntas es la más sencilla y no hay que estar perdiendo el tiempo en alternativas rebuscadas solo para fustigarnos o autocomplacernos. Y también que muchas veces necesitamos que alguien nos diga la verdad, por incómoda que resulte, en lugar de aquello que queremos oír. 

Esto debería aplicarse a todo en la vida, no solo a cuando tu mejor amiga sufre alguna decepción amorosa. Y es que a veces el refuerzo positivo se nos puede ir de las manos por aquello de no querer hacer daño o no saber decir las cosas malas de manera diplomática, y luego vienen las frustraciones y el no aceptar ni las críticas ni las negativas. 

Quizá no deberíamos decirle a alguien que hace unas fotos fabulosas, canta como los ángeles o que comunica mejor que Iñaki Gabilondo cuando no es así ni de casualidad. Obviamente tampoco hay que pasarse de frenada y ser crueles gratuitamente (aunque a veces no nos falten ganas), pero es que si para no herir egos ni sensibilidades mentimos, a la larga será peor. Porque esa persona se acabará creyendo los falsos halagos y el día que sus expectativas no se cumplan y la película que se ha creado por lo que recibe de su entorno no se asemeje a la realidad, el taponazo se va a escuchar hasta en Neptuno. 

Da la casualidad de que en el terreno amoroso es donde parece que es más necesario decir las verdades para que tus amigas y amigos dejen de montarse películas y sigan con su vida. Amigui, de verdad, si no te responde los mensajes (o lo hace de aquella manera), si ni te llama ni te devuelve las llamadas, si no muestra un mínimo de interés es porque no lo tiene y no pasa nada. Deja de buscar teorías tipo estará enfermo, se le escapó el perro, tiene mucho trabajo, lo han abducido los extraterrestres… Que no, que ahí no hay nada, cero, adiós, chao, hasta luego Mari Carmen. 

Y por favor, no sueltes el recurrente “é/ella se lo pierde”, porque no se pierde nada. No le gustas, no quiere nada contigo y no pasa nada. No es el fin del mundo. Una lloradita y a seguir.. Que alguien te interese a ti no obliga a la otra persona a corresponderte y cuanto antes te lo metas en la cabeza y lo asumas, vivirás más feliz. 

Ya sé que van a empezar con el tema de la insistencia, la sinceridad, el ghosting y todas esas vainas de ahora, pero eso también merece mención especial, así que lo dejamos en pausa para otro momento. 

En resumen, valora a quienes son honestos y capaces de hacerte ver la realidad sin florituras y que además te hacen críticas constructivas y aléjate todo lo que puedas de quienes solo te venden halagos y te dan la razón siempre. Las verdades a veces duelen, pero son necesarias.

Necesitamos a alguien como Berger que nos diga las cosas tal y como son, que no estamos para perder el tiempo. Y si no hay ningún Berger en tu entorno, te va a tocar a ti serlo. Pero no dejes ninguna relación con una nota en un post it. Por favor y gracias. 

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